¿Quién es la Autora?

¿Quién soy? Si para alguien es importante saber quien soy, esa soy yo. Y desde hace un tiempo para acá, desde la plena adolescencia, de la cual no gozo hoy, se que soy hija de Dios y esa es una de las pocas características no cambiantes que tengo. Además hay otra cosa que no cambia, mi cabello con la humedad se encrespa como el de mi padre y tengo casi todas las características que criticaba de mi mamá.  Gracias a mi casa por hacerme sentir amada siempre.

Soy mujer y puertorriqueña. Nací en el oeste de la isla, amando a Cabo Rojo como a mi cuna. Me crié en esa clase media baja que cree que se supera uno estudiando y eso hice. Estudié Biotecnología Industrial en la Universidad de Puerto Rico en Mayaguez.

Allí me hice parte de un grupo cristiano interdenominacional. «Son mas las cosas que nos unen que las que nos separan» decía el lema de los Jóvenes Cristianos del Parque (JCP) donde trabajé en la directiva algún tiempo  como secretaria.  A través de ellos también formé parte de la Asociación Cristiana Interuniversitaria (ACI) donde también me tocaron el archivo y los papeles. Por lo que me parece que soy organizada.  Fue en medio de ellos que creció mi pasión por compartir el evangelio.

Fui anciana ordenada de la Iglesia Presbiteriana de Cabo Rojo y miembro extraoficial de la Iglesia Edificados por Cristo en Las Piedras.  Ambos lugares de crecimiento en diferentes etapas de mi vida y en donde me percaté que Dios puso en mi el don de la enseñanza.

Actualmente, me congrego en la Iglesia de Dios de la Profecía, denominación en la cual pastorea mi esposo, Nelson J. Torres Diaz, un hombre al que amo, respeto y admiro mucho. Con él han sido mis mas largas conversaciones sobre Dios.  Soy  madre orgullosa de dos niños y disfruto su compañía 24/7.   Ellos me muestran mis mayores defectos y me ayudan a sacar lo mejor de mi.  También soy maestra de escuela bíblica de niños.  Ellos son, junto a mi familia, quienes me retan a prepararme en conocimiento y carácter.  Enseñar la Palabra de Dios me apasiona y le pido a Dios todos los días que me ayude a hacerlo bien y a continuar preparándome para hacerlo mejor.

 

Liliana

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